In Memoriam M. José Vázquez

Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.
A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.
—El mundo es eso —reveló—. Un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.
No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.
("El Mundo", de "El libro de los abrazos" de Eduardo Galeano )

Hi ha persones que, molts cops sense adonar-te'n, t'ensenyen totes aquelles coses que mai surten als llibres, però que, curiosament, són les que més et fan crèixer. 
I així aprens a no rendir-te mai i que "difícil" no vol dir "impossible".
Hi ha grans persones que deixen petjades inesborrables a tot allò que els envolta i ens ensenyen a lluitar amb humilitat, sabiesa, perseverança i tenacitat. 
Una d'aquestes persones ha estat, i sempre serà, la M. José Vázquez.